A la espera de una bendición de Dios
Peleando con sus hermanas de
crianza, se encuentra Bernardo Alonso Castro Betancur, vendedor de 42 años que
se dedica a distribuir Bonice, esperando la herencia de su padre tras
transcurridos cuatro años después de su muerte.
Por: Melissa López Saldarriaga, Maria Alejandra Pérez Franco, Maria
Camila Patiño Muñetón.
A las 6:45 de la tarde, un domingo,
Bernardo Alonso aún trabajando afuera de La iglesia del Rosario, parque de
Bello. Camila Patiño, 23/09/2013.
¿Usted decide
desempeñarse como vendedor ambulante por elección o porque le toco?
Bernardo
Alonso Castro. - A veces cree uno que es el destino, se
siente uno mal de no haber estudiado, de ser una persona con más capacidades y
más que todo se siente muy triste uno cuando ve que un estudiante se graduó o
hasta ver una persona que tiene carrera y uno pues así se siente muy mal, dicen
que esas son cosas del destino o porque Dios, como me dijo a mí la psicóloga,
“Dios le da a uno lo que se merece” pues, el no le da a uno con lo que uno no
puede. Yo me sentiría muy triste donde Dios me diera la bendición de la
herencia y yo no saberla manejar, porque dicen que Dios también nos puede
cobrar lo que no sabemos manejar”.
- ¿Hasta qué
nivel académico cuso?
B. A. C. - “Estudie hasta segundo
de primaria; porque para mí, después de que mi mama me desalojara la
casa, me tocaba rebuscarme la vida, para el estudio y todo eso yo creo
que se requiere mucho, pues ósea mucha cosa, ósea el estudio o el trabajo”.
- ¿Qué sucedió
con su mamá?
B. A. C. - Mi mama propia me dejo
desde los 2 años, me abandono […] Quede con mi padre y quede con mi mama de
crianza, ahora ese es el problema que hay, porque estas muchachas junto
con su madre no le dijeron a mi padre que me rechazará, porque me
aceptaron en este hogar. ¡Eh!, mi niñez para mí me parece que fue muy
dura, muy amargada, creo que yo no tuve una niñez muy bien que se diga.
- ¿Cómo fue su
niñez?, ¿Por qué dice que no fue placentera como la del resto?
B. A. C. - Porque uno en ese
tiempo quería tener una bicicleta, mi padre que fue acomodado, nunca me la dio,
que de pronto un televisor, nunca me lo dio, que de pronto un balón, no me lo
dio; en un diciembre nunca me dijo: “tenga estos doscientos mil o estos
trescientos para que se compre la ropa” no, nunca, eso le recalca un
amigo mío, que el porqué era tan descarado, que porque me tenia sufriendo
en la calle , lo hizo llorar hasta el último momento en que él se murió.
- ¿Es
bajo estas circunstancias que usted decide buscar trabajo en la calle?
B. A. C. - Si, resulta que en
1999 yo trabajaba en uno de esos carritos de Postobón, ¡eh no! Perdón, empecé
trabajando con Crem Helado después de estar lavando carros aquí en la 51 en un
lavadero; después trabaje con Postobón en Medellín hasta que tuve un problema
con un compañero ahí en la Aguacatala. Entonces es en el 2000 me resultó vender
Bonice hasta el 2004, cuatro años y cuatro meses; lo deje por irme a trabajar
tres años y nueve meses a Bellanita porque allá trabajaba una hija de mi mamá
de crianza que me ayudo a meterme, además mi papá era socio allá, tenia carros,
pero también tuve un problema y fui y volví a vender Bonice ordenadamente desde
el 2009 porque yo tengo compañeros que fuman o son alcohólicos y ¿a uno de edad
dónde se va a volver a colocar?, yo me puedo ir el día de mañana, si la
bendición algún día viene o irme a lavar carros otra vez.
- En su
trabajo actual, ¿ha tenido inconvenientes con Espacio Público?
B. A. C. - Si he tenido, resulta
que un día le dije a uno de Espacio Público: “deje trabajar, que ustedes ya se
ganaron lo suyo”; pues, ellos ya tienen un mínimo y todo eso y sus
prestaciones, y me contesta esta persona: “coma mierda”, inclusive
esta persona volvimos a tener ahora en diciembre un alegato otra vez de
nuevo; es que hay personas de esas muy groseras, incluso salió uno que
nos dijo a una compañera y a mi disque: “sálganse del parque”. Yo he pensado
mucho porque el gobierno viendo que hay personas bachilleres que van a pagar el
servicio militar, allá en la policía, porque esas personas no las implementan
en lo del Espacio Público, ¿cuánto se gastarán mensualmente en eso?”
- ¿Siempre has
trabajado en Bello específicamente?, ¿ustedes como se dividen la zona?
B. A. C. - Resulta que en
una Fiesta de Flores yo me encontraba en Medellín, en el parque San Antonio, me
metieron un billete de cinco mil falso y entonces desde eso no quise volver a
Medellín, me dio fobia volver allá, no me gusta Medellín para trabajar. Aquí en
Bello, después de que entró espacio público había un mapa donde se situaba la
gente, ahora no, ahora es uno el que maneja la zona, la zona la divide
uno mismo y el puesto lo hace respetar uno; por eso he tenido problemas también
con mis compañeros porque se han metido al puesto, desde los años que he
trabajado el Bonice, yo siempre he trabajado en Comfama, y se me han querido
meter al puesto y me han tratado, ósea groseramente”.
- ¿Cómo maneja
las ganancias con la venta de Bonice?
B. A. C. - Te voy a decir
precios: en el grande ganamos setenta y cinco pesos, el de trescientos,
el grande de agua; en el Yogoso ganamos ochenta pesos, en el Bontee
ganamos ochenta pesos y en el pequeño setenta, ahora las “pupetas”, esas crispetas
que son de caramelo y mantequilla, nos ganamos ochenta pesos; eso es lo que
llamamos un porcentaje, un porcentaje que a veces lo podemos ver de quince mil
pesos más los cinco mil que ellos nos dan.
- ¿Esto le
alcanza para su economía?, ¿Tiene personas a cargo?
B. A. C. - No mi amor, personas
que yo mantenga no, solamente yo veo es por mí. Haber mi economía, es una
economía que trata uno que dure o saberla manejar; e estos momentos tengo
una cuota en multi-electro, otra en Creditennis, me he comprado camisas, me he
comprado mis cosas personales. Y me siento feliz de que yo terminar el año y
sacar para comprarme una muda de ropa, esa es la felicidad, esa es mi
motivación”.
- Antes de
comenzar la entrevista me contabas que consumiste marihuana cuando eras joven,
¿Cómo fue esa experiencia?
B. A. C. - Cuando vengo a
cuidar estos talleres a Puerto Bello, mi patrón, la señora de mi patrón, la
amiga de mi patrón, ellos eran marihuaneros y a mí me dio por probarla y la
supe suspirar […]Lo que pasa es que yo me puse a pensar en mí y me puse a
pensar en mi familia, lo que haya sido, familia propia, familia de crianza […]
Entonces lo que pasa es que ahí pensé yo, en primer lugar matarme yo, de pronto
mi cerebro no estaba en las capacidades y fuera de eso pensaba en la familia que
me crio.
- Es decir que,
¿sin importar como fueron ellos con usted, la opinión de ellos todavía cuenta
para su vida?
Bernardo A.
Castro. - Yo le pido a Dios que no los vuelva a ver, porque fueron unos
hermanos, una sobrina, un hermano medio, que les está ayudando en la
intersección a ellas. Y a las hermanas yo no las quisiera ver por lo que
ellas me han hecho desde la niñez, que toda la vida han estado encima de mí.
¿Por qué realmente, mi amor, en ese momento no toman esas medidas que
realmente era de Bienestar Familiar?, ¿O porque no llevarme a un internado?;
uno rechaza las cosas y no le hace el mal a esa criatura; a que la madre de
crianza lo maltrate, a que la madre de crianza le pegue a uno, le dé con palos,
no le de ese cariño, ese afecto, ese amor, ósea, como si uno tuviera la culpa
de ese error que tuvo el padre.
- En la
actualidad, ¿le gustaría tener una familia estable?
B. A. C. - Si, no, a veces la
situación se pone muy verraca porque uno se pone a pensar y la situación está
muy dura, disculpe usted que me está haciendo la entrevista a mí, pero dicen
que la situación está muy horrible, que de pronto uno traer hijos a este mundo
a sufrir. Yo he pedido siempre a mi Dios, que si el día de mañana yo voy a
tener hijos que estuviera económicamente bien. Ahora no se cuidan y hay muchos
métodos, yo tuve una aventura cuatro años con una mujer y yo le compraba
las pastillas, ósea como se dice una aventura; fue locamente porque la lengua
me castigo de yo decir “gas”, para mí eso fue un castigo; decir que ella olía
maluco, porque resulta que ella vivía en una casa que la amiga era muy
“cochinita” y entonces yo decía “gas” y ese gas se me convirtió a mí en cuatro
años, ósea la lengua lo castiga a uno; una relación de muchos celos, y dicen
que esa mujer me arreglo a mí, me hizo cochinadas (brujería) para que a
mí no me salieran mujeres, eh, no consiguiera nada.
- Entonces,
¿ahora donde reside y con quién?
B. A. C. - En estos momentos
estoy viviendo con un amigo que me distingue desde la niñez, el se llama Jorge
Iván, hasta el momento voy para 10 meses, ¿que?,11 meses viviendo con él; trato
de ayudarle a mi compañero con lo que más se pueda, le colaboro con dos mil
diarios, cuando puedo hacemos eso del mercado y lo vendo y le doy algo a él,
puede ser veinte mil pesos, para que él se colabore para pagar los servicios.
Él es solo en este momento, sus hijos se organizaron, tiene una casa de un
tercer pisito, él le dice la “ramadita”, pero para mí uno quisiera tener esa
casa; porque es una esquina por allá por El Lucerito y el vive muy bueno, para
mí está bien.
- Cómo te ves
en un futuro: ¿trabajando en lo mismo o buscar un mejor trabajo? o ¿recibiendo
una bendición de Dios?
B. A. C. - A veces creo que Dios
me manda con todo armado, con todo ya puesto, es triste cuando los padres nos
dejan algo y el día de mañana tenerse que acabar; lo que uno no sudo y lo que
los padres se sudaron. Yo me veo recibiendo la bendición de Dios, uno siempre
ve esas cosas de compartir y decirle gracias a Dios por esa bendición que va a
dar. Yo pienso seguir y terminar este año haciendo esto de la mejor forma
posible, porque yo estaba tratando de hablar con un amigo mío que él hizo
votaciones por el alcalde que está ahora para yo estar haciendo aseo en los
colegios, hospitales y todo eso; también digo yo eso por el seguro. Además,
averigüe en Premium plaza, un centro comercial que le pagan a uno mitad de
seguro y le dan la mitad de la paga aparte. Pienso ir allá o seguir limpiando
carros, ese arte me llego así, dicen que las cosas llegan así.